La región de los verdes paisajes y los altos hornos celebró aquella jornada en la Expo su Día de Honor presidido por Juan Luis Rodríguez-Vigil, presidente del Principado de Asturias.
Hablar de Asturias en Expo 92 es hablar del año 1990, fecha en la que el Principado de Asturias decide crear una Sociedad pública, <<Asturias 92>>, a través de la Sociedad Regional de Promoción, encargada de gestionar todo lo relacionado con la participación de esta Comunidad Autónoma en la Muestra Universal de Sevilla. Esta sociedad estaba formada por diferentes empresas del sector privado que participaron como patrocinadores.
La financiación del pabellón asturiano había corrido a cargo del Principado, con un coste que se superó en los presupuestos iniciales. El pabellón de Asturias se elevó sobre una parcela de mil cuatrocientos cuarenta metros cuadrados, con una superficie disponible de más de dos mil metros cuadrados distribuidos a lo largo de cuatro plantas. La empresa constructora Procoin fue la encargada de ejecutar el proyecto de los arquitectos catalanes Ramón Muñoz Jordán y Antonio San Martín Gabas, ganadores del concurso que convocó el Principado de Asturias para la ocasión del diseño del pabellón.
La mayor parte de los materiales utilizados en su construcción, especialmente madera, hierro, y acero, fueron de origen asturiano, utilizados de forma que la estructura pudiera ser desmontada cuando terminara la Exposición y trasladar el pabellón a su Comunidad donde permanece en la actualidad como Museo del Pueblo de Asturias.
La fiesta de Asturias en Expo 92 contó con un apretado programa que incluyó distintas variedades de música, cine, teatro y gastronomía regional. Los actos oficinales de la jornada de honor fueron inaugurados por la Orquesta Sinfónica del Principado y el coro de la Fundación Príncipe de Asturias en el Palenque, lugar que albergó a grupos folclóricos y de neo-folk de diferentes localidades asturianas.
En el pabellón de Asturias se amenizó la jornada a los visitantes con música tradicional y una degustación de sidra y bollos <<preñaos>>.
El presidente del Principado de Asturias resaltó durante aquel día la complejidad y el elevado coste del traslado del edificio a su comunidad y además destacó el éxito y la capacidad de sorpresa del pabellón asturiano, en propias palabras Rodríguez Vigil, indicó que el pabellón había alcanzado a dos meses del final de la Exposición un millón de visitantes, un pabellón que contenía aspectos promocionales muy fuertes, tales como la gastronomía o la sidrería que amplió desde la Expo 92 su vinculación a un producto de ámbito local a un producto conocido en todo el continente nacional.
Por su parte, el comisario general de la Expo 92, Emilio Cassinello, destacó en su discurso que la España de las autonomías, representadas en la Exposición Universal, no solo dejó sorprendidos a los visitantes extranjeros, si no a los propios españoles, asimismo, expresó la originalidad del Pabellón de Asturias y indicó que habían recreado con las técnicas de la escenografía lo que es Asturias, lo que fue y lo que quiere ser.