Tal día como hoy hace 24 años en la Isla de la Cartuja se celebraba el Día Nacional de Nueva Zelanda, con la asistencia de su primer ministro en 1992, Jim Bolger. Por parte del Gobierno español acudió el ministro de Industria, Claudio Aranzadi.
El Pabellón de Nueva Zelanda ubicado en la Isla de la Cartuja quedó formado desde la Expo 92 por una reproducción arquitectónica, de trece metros de altura, con el que se quiso simbolizar el primer paisaje avistado por el Capitán James Cook a su llegada a Nueva Zelanda.
El ministro de Industria, Comercio y Turismo español, Claudio Aranzadi dijo aquella jornada en el Palenque durante la celebración del Día Nacional de Nueva Zelanda que, donde se observaba más claramente el potencial que quedaba por aprovechar entre España y sus Antípodas fue en el capítulo de inversiones, y que los flujos entre nuestros dos territorios son prácticamente inexistentes.
Por su parte, el primer ministro de Nueva Zelanda, Jim Bolger, que acudió a Sevilla acompañado de su esposa, destacó el papel de imagen mundial que jugaba la Expo 92, indicó <<la realidad que se esconde tras esta Muestra Universal está más allá de la simple metáfora: las telecomunicaciones han acercado nuestras fronteras todavía más y este proceso continúa incluso más rápidamente>>.
Después de las intervenciones de los representantes de ambas comitivas, actuaron en el Palenque Howard Morrison y el espectáculo de Waka Maori y Los Marching Girls.
La estructura del Pabellón de Nueva Zelanda contó durante la Expo 92 con cascadas, brisas marinas, olas, plantas, pájaros y animales mecánicos. Además uno de sus grandes atractivos fue el protagonizado por un grupo de nativos maoríes interpretando música y danzas folclóricas en un escenario habilitado junto a las rocas de la fachada.
En cuanto a los contenidos, los visitantes entraban en el pabellón cruzando un puente que les llevaba a una cueva en el interior de las rocas de la fachada. Una vez dentro, grupos de 450 personas iban visitando cada uno de los cuatro espectáculos programados.
Se pudieron contemplar los firmamentos de los dos hemisferios terrestres desde la cubierta de una carabela española; disfrutar de una mini ópera a toda pantalla, interpretada por la soprano Kiri Te Kanawa y una tribu de aborígenes maoríes; visionar una película de cine en 144 pantallas móviles y degustar productos típicos del país a la salida de los espectáculos.
En definitiva Nueva Zelanda: la sensación del Pacífico, fue el eje temático desde el que partieron sus contenidos expositivos, junto a la inolvidable y fascinante experiencia de ver en Sevilla las actuaciones de grupos folclóricos maoríes en directo, bajo la sombra proporcionada por las telas en forma de nubes refrescadas con agua pulverizada que tan de moda se puso en Sevilla con su Expo 92.