Los búlgaros no cesaron de expresar su agradecimiento al Estado español que, dada la crítica situación económica que atravesaba los países del Este, financió en gran parte la presencia de estos países en la Expo’92 con la construcción de un pabellón compartido por este país y Polonia, de hecho, la participación búlgara en términos económicos fue fijada según el director del pabellón, Kostandin Vladov, en algo más de medio millón de dólares, unos cincuenta millones de las antiguas pesetas.
A pesar de las restricciones económicas, Bulgaria asumió su participación en la Expo’92 como una oportunidad para dar a conocer su país y al mismo tiempo aprender de las novedades y contactos que podían surgir de una experiencia como esta en la que se reunieron países de todas partes del mundo.
Bulgaria se presentó en la Exposición Universal de Sevilla con la idea principal de mostrar como país que llegando del pasado avanza hasta el futuro, esta premisa marcó el contenido del pabellón búlgaro, en el que se entremezclaba la presencia del pasado con una visión del presente de este país.
El pabellón, de dos plantas, tuvo un espacio expositivo de, aproximadamente, trescientos metros cuadrados ubicado en la planta inferior, en la sala el lugar principal lo ocupó las piezas de oro de dos importantes colecciones búlgaras, que por su valor, los visitantes podían contemplar a través de urnas de cristal de grandes dimensiones, se trataba de los tesoros de oro de Varna y Vulchitrum.
Estos tesoros presidieron el espacio reservado en el pabellón búlgaro a exposiciones, el visitante que acudía a este espacio podía contemplar a su alrededor otras muestras de la importante cultura de este país, así conforme seguían el itinerario de la sala el visitante se encontraría a la izquierda unos paneles informativos de toda la exposición junto a una colección de iconos ortodoxos de Bulgaria.
El recorrido por el pabellón búlgaro continuaba en la sala de video donde se proyectaba un documento en el que se daba la imagen actual de este país, mostrando su potencial turístico, su industria y su agricultura, la visita al escenario expositivo del pabellón de Bulgaria culminaba, según el itinerario marcado, ante una completa colección de pintura de Vladimir Dimitrov Maistora.
Finalizamos el recorrido por la memoria de este pabellón recordando que se realizaba el recorrido en algo más de media hora y tenía capacidad para doscientas personas y que fue visitado por una media de siete mil personas al día durante la Muestra Universal.