La torre panorámica Schindler, situada junto al pabellón de la Navegación de la Expo 92, y que es un lugar privilegiado del recinto al ser uno de los puntos más altos de la isla de La Cartuja, fue abierta aquel 18 de Julio al público, que desde su terraza pudieron contemplar toda la Exposición así como la ciudad de Sevilla.
La torre, construida por la empresa suiza Schindler, proveedor oficial de los sistemas de ascensores de la Expo 92, posee dos ascensores panorámicos construidos con la más moderna tecnología en aquel 1992, que trasladaban a los visitantes hasta la terraza mirador, situada a 60 metros de altura, a una velocidad de 2,5 metros por segundo.
Los visitantes podían acceder a la torre desde las diez de la mañana hasta las doce de la noche, por un precio de 300 pesetas para los adultos y 200 para los mayores de 65 años y niños menores de 5 años.
Schindler contaba en la Expo 92 con más de 200 instalaciones entre pabellones temáticos, nacionales y edificios de la organizadora, que fueron permanentemente controladas desde el centro técnico de esta empresa, en el que podían recibirse avisos de emergencia desde todos los ascensores de la Exposición.
La torre Schindler fue realizada al igual que el pabellón de la navegación por el arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra. Tiene una altura de 65 m, aproximadamente 18 pisos, accesibles mediante ascensores que en cuestión de 24 segundos suben a los visitantes a la terraza superior. En la actualidad sigue ofreciendo una vista del río Guadalquivir desde su enclave, próximo al Puente del Cristo de la Expiración (Puente del Cachorro), así como del que fuera recinto de la Expo 92 y de parte de la ciudad de Sevilla.
La participación y colaboración de Giesa Schindler en la Expo’92 supuso una inversión de 1600 millones de las antiguas pesetas, entre ascensores, escaleras mecánicas y aceras móviles en las estructuras y pabellones construidos en los terrenos de la Isla de la Cartuja.