El país iberoamericano que presidió Violeta Barrios Chamorro celebró aquella jornada su Día Nacional en la Expo 92, con un conjunto de actos protocolarios y culturales presididos por el ministro de Gobernación de Nicaragua, Alfredo Mendieta.
El pequeño pabellón de Nicaragua se distinguió por la fotografía de Violeta Chamorro que había en la entrada, donde haciendo el signo de victoria señalaba: <<Queremos vivir en democracia, en paz y sobre todo en libertad>>. Bajo el lema <<Tierra de cambios y poetas; tierra de lagos y volcanes>> se presentó la primera parte del pabellón.
Un gran lago creado gracias al efecto de azulejos azules y una escultura con forma de mujer, simbolizaron los grandes lagos y el cambio de sociedad militar a civil, de Nicaragua.
El visitante podía contemplar a continuación una colección privada de sellos postales, que abarcaron el periodo de 1982 a 1992. Entre los sellos destacaban los que conmemoraron el llamado día de la raza (12 de octubre) y los quinientos años del Descubrimiento. Junto a estos sellos había una colección de billetes, que databan del año 1958 hasta el presente: desde el peso al córdoba.
El recorrido continuaba atravesando un puente viejo, que simbolizó la Costa Atlántica, y llegando hasta la proa de un barco, el <<Santa Libertad>>, que como si de un cuadro surrealista se tratara salía de una fotografía de las playas del país.
Una gran pantalla de vídeo, rodeada de seis monitores de televisión, emitía un audiovisual con imágenes de la vida cotidiana de Nicaragua.
Tras la gran fotografía que retrataba una congregación de nicaragüenses en una plaza, cubriendo un lado del pabellón, se encontraba la tienda. Los visitantes podían adquirir todo tipo de artículos de cerámica con motivos precolombinos, tabaco, figuras talladas en piedra, máscaras de baile y hamacas.
La última zona del pabellón estaba dedicada a los pensamientos de los hombres célebres nicaragüenses y a una representación de artistas contemporáneos. Entre los cuadros que más llamaban la atención a los visitantes estaba el de <<Paisaje con tesoro>> de Alejandro Arostegui, realizado con tapas de latas de conservas y latas de refrescos.
Más allá del puente nuevo, que comunicaba simbólicamente con el Pacífico, se encontraba las obras de otros pintores como Orlando Sobalvarro, que expuso la <<Composición poética>>.