Zimbabwe, fue el primer país que celebró su Día Nacional. Para conmemorarlo se confeccionó un programa de actividades en el que destacó la actuación en el Palenque del grupo de danzas culturales <<Black Umfolosi>> compuesto por ocho hombres y cinco mujeres y que posteriormente se pudo ver el espectáculo en el Pabellón de Plaza de África.
Zimbabwe expuso doce grandes esculturas en el exterior del pabellón de las Artes, además entre sus grandes atractivos fue la posibilidad de comprar en el pabellón.
El Pabellón de Zimbabwe que celebró su Día Nacional estaba ubicado en la planta primera del pabellón conjunto de Plaza de África, que agrupó a catorce países de la parte subsahariana de este continente, Zimbabwe expuso una colección de esculturas de piedra procedente de su Museo Nacional. Algunas de las piedras expuestas estuvieron a la venta. El precio osciló entre las 40.000 y 750.000 pesetas.
Como preámbulo a estas muestras de arte, Zimbabwe había colocado varias esculturas Shona contemporáneas, con una altura de dos metros y realizadas en piedras semi-preciosas, en la entrada del pabellón Plaza de África.
El pabellón de Zimbabwe, tuvo una superficie de 400 metros cuadrados, estaba ubicado en la planta primera de Plaza de África, al igual que el Congo y Nigeria.
Lo primero que el visitante apreciaba de este pabellón al acercarse son tres grandes esculturas colocadas a la entrada. Una vez dentro, a la izquierda se encontraba la tienda donde se podía comprar desde una escultura hasta libros sobre el país. El resto del pabellón lo componía la colección de esculturas en piedra, una exposición de pinturas sudza y una muestra de artesanía popular compuesta por sillas de madera, juguetes hechos por niños, instrumentos cotidianos utilizados por la gente que vive en los pequeños pueblos del centro del país.
Zimbabwe se presentó en la Muestra del 92 de Sevilla bajo el lema <<Arte del pueblo africano>> Con ello pretendían potenciar el país desde el punto de vista artístico.
Un lugar de descanso para los amantes del arte que quisieron admirar tanto el museo nacional como el arte de los pueblos africanos. Cinco cortometrajes, de unos veinte o veinticinco minutos de duración, sobre la vida del país ayudó al visitante a hacerse una idea de la cultura de Zimbabwe.