El día nacional de los Estados Unidos estuvo representado aquella jornada por Marilyn Tucker Quayle, esposa del vicepresidente Dan Quayle, con su visita representó al presidente George Bush en la celebración de su día de honor en la Exposición Universal.
La señora Quayle fue la representante oficial del presidente en las muchas actividades que se celebraron durante toda aquella jornada, incluyendo el programa de música y canción norteamericanas en el Palenque, visitas protocolarias y una barbacoa para invitados en el pabellón de los Estados Unidos.
Veinte mil personas visitaron diariamente el edificio de los Estados Unidos que estuvo situado entre los pabellones de Nueva Zelanda y Tierras del Jerez, este edificio tuvo una superficie de 5.500 metros cuadrados, distribuidos en cuatro zonas expositivas. Un muro de agua de 120 metros de largo por 12 de ancho, que simbolizó el Atlántico cruzado por Cristóbal Colón hace cinco siglos, conformó su entrada. Las tres carabelas que surcaron el océano en busca de nuevas tierras: la Niña, la Pinta y la Santa María, estaban representadas por medio de tres grandes banderas estadounidenses.
Los elementos más destacables del pabellón fueron dos inmensas cúpulas geodésicas de cuarenta metros de diámetro recubiertas de lona y situadas sobre dos estanques. A modo de separación entre ambas cúpulas se había construido una cancha de baloncesto donde todos los visitantes que lo desearan podían hacer sus pinitos en el arte del enceste.
La cúpula de la izquierda, según se entraba al recinto estadounidense, estaba dedicada exclusivamente a la exposición de la Carta de Derechos e incluyó el ejemplar del estado de Connecticut de las primeras diez enmiendas a la Constitución de los Estados Unidos, fue la primera vez que uno de los catorces documentos originales de ratificación había salido fuera de este país.
La otra cúpula que conformaba el pabellón de los Estados Unidos cumplía la función de sala de proyección, con una capacidad de seiscientas personas. La película que se emitió de catorce minutos de duración había sido patrocinada por General Motors y recibió el nombre de World Song.
Como elemento representativo de la forma de vida americana se exhibió una casa de madera prefabricada a la que se le había dado el nombre de la casa del espíritu de América, que podía ser visitada por el público. La distribución y el diseño eran los de una típica casa de dos plantas del país.
Para atraer la atención del visitante, al lado de la casa se había instalado una pequeña columna trasparente llena de peniques a la que se podía acceder a un concurso si llegabas a contar la cifra exacta del número de monedas que había dentro de la columna.
El pabellón de los Estados Unidos se completó con otro edificio, que englobaba una exposición de telecomunicaciones internacionales; otra, sobre la evolución de las comunicaciones inalámbricas, desde donde se podía llamar por teléfonos inalámbricos.