La República Báltica de Lituania celebró aquella jornada su Día Nacional en el recinto de la Isla de la Cartuja. Los actos oficiales contaron con la presencia del jefe de Estado de Lituania, Vitautas Landsbergis.
Lituania el país más grande de las tres Repúblicas Bálticas compartió pabellón con Estonia y Letonia, las otras dos Repúblicas Bálticas. La estructura del edificio fue una gran carpa blanca en donde se repartieron los contenidos de Estonia y Lituania, ya que la representación de Letonia fue simbólica.
A la entrada del pabellón se instaló una plataforma metálica de la que surgían nueve pilares que evocaban los molinos de viento, Sobre estos, y en vez de astas, se instalaron otros tantos televisores dedicados a mostrar la diversidad étnica, cultural e histórica de estos territorios.
La sección dedicada a Lituania se localizaba a la izquierda de la sala. La muestra expositiva se repartió entre mapas antiguos, tallas de madera y la sección dedicada al ámbar. Las copas de los mapas mostraban el Gran Ducado de Lituania en los siglos XVI y XVII. El interés de la sección lituana fue ofrecer las distintas manifestaciones de la artesanía popular. Había grabados con representación religiosa junto a esculturas en madera.
Las tallas en madera de roble fueron esculturas pequeñas con imágenes religiosas, como el apóstol Santiago, Santa Bárbara o Santa Ana. En algunas podía observarse la mezcolanza entre el arte religioso y el profano. En Lituania se encontraban diseminadas por los senderos, a modo de hornacinas. Tratando de parecerse lo más posible a su ubicación original, las estatuillas se habían colocado sobre unos pilares dispuestos de cuatro en cuatro.
Lo más sorprendente que presentó Lituania fueron unos insectos fosilizados en ámbar. A través de unas vitrinas con cristal de aumento, podían verse, al doble de su tamaño real, arañas, cucarachas y diversos insectos, algunos de los cuales tienen más de 5.000 años de antigüedad. El ámbar es considerado como el <<oro lituano>>, no sólo por su abundancia, sino porque tuvo durante mucho tiempo valor de trueque.
En dos estantes se expusieron trozos de ámbar en bruto, así como cuentas y pequeños objetos arqueológicos hechos con esta resina. En la actualidad se emplea para hacer bisutería de la cual también se llegó a exponer en un stand en el pabellón con pulseras y collares.